El control de la conducta, no de la personalidad

La relación D/s se construye en función de la personalidad tanto de la sumisa como del Dominante. El Amo no espera cambiar la personalidad de la sumisa, espera sólo controlar su conducta.

Un buen Amo no espera la perfección, usa la disciplina y los límites para mantener su conducta dentro de fronteras razonables. Asume que con el tiempo esta conducta se desviará y necesitará medidas correctivas.

En esta clase de relación el Dominante está siempre abierto a escuchar los gustos y las antipatías de una sumisa; la alentará a decirle todo lo que le pasa, sus sentimientos, sus esperanzas y sus temores. Y los tendrá en cuenta antes de tomar cualquier decisión, Nunca, le pedirá, por ejemplo, que entre en un espacio pequeño si tiene claustrofobia, aunque normalmente la empujará a trabajar en la claustrofobia, si realmente constituye un problema para la sumisa.

El Dominante le pedirá que mantenga la calma cuando se obsesiona con algo y piensa que el hablar no soluciona nada; a un Amo le gusta la expresividad de su sumisa, y su habilidad de expresar sus sentimientos tal como los siente. Es muy difícil suprimir los sentimientos negativos y no suprimir los positivos. Así que la alentará a expresar todo lo que piensa y siente.

El Amo quiere que su sumisa desarrolle su talento y su inteligencia. Quiere que desarrolle continuamente su potencial. Ve esta clase de relación como una forma de experiencia personal de crecimiento, una práctica espiritual para ambos, una relación en la que la sumisa pueda ser ella misma.

A través del control de la conducta es que el Dominante busca constantemente el crecimiento personal de la sumisa y la sumisa aumenta su confianza al ver los benéficos resultados personales, profesionales y emocionales de que el Dominante controle su conducta.

Por Marqués Alexander

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