Hablar del romanticismo dentro del BDSM es algo muy controversial, pero como todo dentro de esto o cualquier tema que implique la práctica de ello lo es.
Puede resultar curioso decir que el romanticismo es raro dentro del BDSM, pero relacionarlo con practicantes o prácticas dentro de éste es aún más. Al haber tantas formas variadas de entenderlo, de vivirlo y de experimentarlo, ¿habrá cabida a lo romántico?
Al existir tantas variantes en este mundo de las cuales podemos escoger, existen muchos que llevan esto más allá, mezclándolo entre lo intenso y lo seductor a lo simple y romántico sin dejar de ser una relación BDSM.
¿El BDSM puede ser romántico? Claro que lo puede ser.
Claramente podemos diferenciar entre el afecto que surge de la confianza al compartir las fantasías, los deseos, los objetivos, de lo que puede derivar un sentimiento aun más profundo donde el conocimiento mutuo va más allá de las prácticas, fantasías y deseos que envuelven a cada persona. Algunos aseguran que al incluir romance en estas relaciones se desvirtúa la “esencia” del BDSM, cuando en mi punto de vista, al llegar a este nivel de relación con una persona, no hace más que engrandecerlo.
No todos adoptan este tipo de relaciones, pero tampoco pierden mérito los que sí. Algunos dirán que es sinónimo de vainillismo al permitir que afloren los sentimientos o al tratar a un/a sumisa/o de manera especial.
Las relaciones pueden ser tan abiertas o cerradas como cada persona lo decida. Es válido mantener una relación D/s donde el amor no esté sobre la mesa o simplemente sea algo que no se busca, pero también hay otras más que se establecen a partir de una relación de pareja, llámese novios, esposos o amantes en la cual está más que claro que los sentimientos si están involucrados y eso no frena ni se convierte en impedimento para no ejercer la doma de manera placentera y dolorosa, según cual sea el caso.
En algún lugar leí en una ocasión algo que decía “a mayor sentimiento menor BDSM y a mayor BDSM menor sentimiento”, y creo que es absolutamente falso; si bien se adoptan otro sin fin de actividades como pareja, la relación Dominante/sumisa al momento de sesionar no cambia, y más aún si esto está previamente pactado. La entrega es la misma, con la intensidad, la pasión, los acuerdos, los límites y todos los detalles que se hayan establecido desde un principio, y después de separarse del rol, la actitud cambiará para dar paso a la relación vainilla, si así se prefiere.
Por otra parte, al sólo mantener una relación en la cual los sentimientos de amor se dejan de lado, también se llegan a tener sentimientos afectivos aunque no sea amor propiamente; la convivencia hace que sintamos ese tipo de sensaciones, pero se tiene claro que en la relación no hay ningún sentimiento de pareja.
Es así como cada persona es libre de manejar su relación como le convenga y ambas, mientras estén consensuadas, definidas y se tenga claro lo que se debe esperar, son tan válidas y fructíferas hasta donde las queramos llevar.