BDSM como desfogue sexual

desfogue

Quizá parezca raro que muchas parejas comienzan con todo, prueban de todo, con todos y después de máximo 2 años se retiran de la escena. ¿Qué fue lo que pasó si disfrutaron tanto y todo iba tan bien? Resulta que el BDSM se tomó como un desfogue sexual lleno de intensidades pero todas y cada una de ellas fueron físicas. ¿Pero en el BDSM no se trata de sentir? Por supuesto que se trata de sentir, pero las acciones que realizas deben ser trascendentales física, mental y emocionalmente, para que una vez terminado lo físico no te quedes con sensaciones de vacío que poco a poco van haciendo mella, logrando que nada sea suficiente.

El BDSM tiene tantos matices en los cuales se debe madurar y ser consciente de lo que se vive.

Si se realizan sesiones meramente físicas y/o sexuales, resulta que después de un rato las ideas se acaban y todo comienza a parecer y sentirse igual que lo anterior.

Cuando dejas en segundo plano lo físico y te concentras más en la trascendencia como pareja en complicidad, compromiso, lealtad, honor y entrega, te darás cuenta que aun repitiendo exactamente la misma sesión, el sentido, intensidad y compromiso son cada vez diferentes, lo anterior es debido a que se crean lazos invisibles de mutua lectura corporal, apego por la certeza de que, sin importar el rumbo que tomen, ambos se procurarán y estarán seguros, y eso es mucho más que un desfogue físico.

Por supuesto que se valen los desfogues pasionales, pero la cuestión es: ¿Qué es lo que buscas en tu relación con respecto al BDSM?

El BDSM, si bien puede ahora ser una moda hoy en día, por muchas razones hay personas que lo vivimos como estilo de vida, y es porque mediante el mutuo goce llegamos a estados maravillosos de consciencia y que nos hace trascender mucho más que sólo un goce pasajero.

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